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José Musse

Ataque Agresivo de Incendios




El agresivo ataque interior contra incendios, que alcanzó su punto máximo en las décadas de los 70 y 80, ha dejado un legado de valiosa pero gradualmente disminuida experiencia en la lucha contra incendios. El mobiliario moderno presenta desafíos significativos para los bomberos que se preparan para enfrentar un entorno de Peligro Inminente para la Vida o la Salud (IDLH) cada vez más desconocido.


La norma NFPA 1710, "Standard for the Organization and Deployment of Fire Suppression Operations, Emergency Medical Operations, and Special Operations to the Public by Career Fire Departments", se presenta como el marco actual para minimizar lesiones, reducir pérdidas de vidas y materiales. Sin embargo, el enfoque tradicional del agresivo ataque interior contra incendios ha evolucionado y enfrenta nuevos desafíos.


El problema inherente radica en la falta de experiencia necesaria para ejecutar estas tácticas de manera segura. A pesar de los riesgos y dificultades asociados con estas tácticas, siguen siendo cruciales para escenarios en los que se juegan vidas, como rescatar a alguien de un edificio en llamas o enfrentarse a un incendio en un piso alto en una estructura sin rociadores automáticos.


A medida que el servicio de bomberos buscaba soluciones para enfrentar el entorno cambiante, la atención se centró en varios elementos como boquillas, movimiento de boquillas, tamaño de mangueras y dispositivos. Avances en el equipo de protección personal y en los aparatos de respiración autónoma (SCBA) proporcionaron una mayor sensación de seguridad, permitiendo a los bomberos adentrarse más en áreas peligrosas. Sin embargo, hubo una falla en comprender las dinámicas de fuego en evolución e identificar tácticas mejores para abordar de manera efectiva los incendios modernos.


La evolución del entorno de fuego a lo largo de los años ha sido sustancial, influenciada por el uso generalizado de materiales sintéticos en el contenido de edificios, nuevos métodos de construcción, componentes de edificios livianos y compuestos, menor compartimentación y un enfoque en eficiencia energética. A pesar de estos cambios, nuestra comprensión de las dinámicas y tácticas de fuego permaneció estática durante un tiempo considerable (como nos ha ayudado a entender las últimas investigaciones del Fire Safety Research Institute). El cambio crucial en esta perspectiva ha llegado a través de investigaciones recientes y en curso en la ciencia moderna del fuego, facilitadas por organizaciones como el Instituto de Investigación de Seguridad de Bomberos de Underwriter Laboratories (UL-FSRI) y el Instituto Nacional de Normas y Tecnología (NIST).


El conocimiento adquirido a través de hallazgos científicos ha desafiado nuestro enfoque tradicional de la lucha contra incendios, revelando cambios significativos. El énfasis se ha trasladado de depender únicamente del conocimiento a incorporar acciones derivadas de una rigurosa investigación científica.


Uno de los desafíos críticos que enfrentamos al adaptarnos a estos cambios es garantizar que los bomberos estén adecuadamente preparados a través de la formación. La norma NFPA 1410, "Standard on Training for Emergency Scene Operations", reconociendo la naturaleza dinámica de los entornos de fuego, destaca la importancia de escenarios de entrenamiento realistas. Se alienta a los servicios de bomberos a simular diversas condiciones y entornos de fuego, preparando a los bomberos para los desafíos inesperados que puedan enfrentar.


Un agresivo ataque interior contra incendios no es una estrategia única para todos. La complejidad de este enfoque exige un alto nivel de entrenamiento, experiencia y coordinación, que va más allá del acto inicial de ingresar a una estructura en llamas. El éxito de tales tácticas se basa en una combinación de estrategias clave, que incluyen la construcción de equipos humanos de tareas, niveles de experiencia, asignación de tareas a los miembros apropiados del equipo y el cumplimiento de protocolos de seguridad diseñados mucho antes de que ocurra el incidente.


La línea fina entre la agresividad y la imprudencia se hace evidente en los resultados, y las características de seguridad incorporadas en estas tácticas sólo son efectivas cuando los comandantes de incidentes las utilizan correctamente. Ahí radica la experiencia de los oficiales de bomberos en la línea de fuego. Factores como la composición del equipo, la asignación de tareas y la frecuencia de entrenamiento desempeñan un papel crucial en la mitigación de los riesgos asociados con la lucha contra incendios agresiva.


Un servicio que domina estas habilidades se destaca al salvar consistentemente vidas y propiedades con lesiones mínimas. El éxito en la lucha contra incendios agresiva requiere una búsqueda continua del aprendizaje a través de entrenamientos prácticos, preplanes y una comprensión profunda del entorno. Esto, junto con un alto nivel de experiencia en toda la jerarquía organizativa, permite operaciones seguras y efectivas.


Otro aspecto crítico de la lucha contra incendios implica el uso del agua como recurso principal para suprimir incendios. Se enfatiza la entrega eficiente de agua desde la boquilla hasta el fuego, con la importancia de usar un chorro recto o sólido en lugar de un patrón de niebla dentro de las estructuras. La aplicación del agua debe ser agresiva y deliberada, asegurando que el chorro cubra el techo, las paredes, el suelo y la base del fuego.


Probablemente es en este factor donde los servicios de emergencia latinoamericanos, y especialmente el bombero peruano, fallan. Sin conocimientos de hidráulica aplicada a la protección contra incendios y conocimientos de administración de agua, están fallando antes de responder a un incidente de incendio.


La combinación de tácticas de ataque interior agresivo contra incendios y la aplicación eficiente de agua es un enfoque desafiante pero indispensable para los profesionales de la lucha contra incendios. El éxito de estas estrategias depende del aprendizaje continuo, la experiencia y la ejecución disciplinada, asegurando en última instancia la seguridad tanto de los bomberos como de aquellos a quienes se esfuerzan por rescatar.



José Musse

New York City


Foto: Nicky Manoslava

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