Culpable

Me declaro culpable de haber entrado a incendios sin botas de bombero, de no haber usado guantes. Culpable de no saber lo que hacía, de experimentar, de ser un maestro de las excusas para no limpiar el cuartel, para no hacer ejercicios, para evitar lo que debía hacer. También mentí para justificarme, para poder hacer más de lo que más me gustaba: vestir el uniforme, lucirlo frente a cuantas damas pudiera y salir a cualquier emergencia, aunque no me correspondiera.

Fui un bombero mediocre que pretendía ser bueno, un actor que desempeñaba su papel con habilidad. Afortunadamente, me di cuenta de que esa conducta era insostenible, que no estaba orgulloso de mí mismo y que debía cambiar.

Pasé horas entrenando y estudiando porque sabía que debía ser mejor. Aunque cometí innumerables errores y estupideces, deseaba tener a alguien más experimentado que me enseñara. Era consciente de que me faltaba mucho por aprender. Mi educación era incompleta y estaba formada por una mezcla de suposiciones mal fundamentadas.

Decepcioné a muchos jefes y confieso que, en general, no me importó. Salvo en un caso, en el que desearía tener la oportunidad de volver a salir a una emergencia con él, bajo su mando. No porque supiera mucho, sino por su enorme calidad humana.

No compito con nadie, salvo conmigo mismo. Hoy deseo ser mejor que ayer, aunque confieso que tengo recaídas y, en ocasiones, me estanco. Pero aquí estoy, luchando. Porque para mí, la lucha solo termina cuando nos rendimos. Y eso, para mí, no es una opción.

José Musse

New York City