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José Musse

El Chico Bueno, Enemigo Público Número Uno


Los servicios de bomberos voluntarios en grandes metrópolis han demostrado tener un costo elevado en eficiencia y operatividad. Además, los servicios voluntarios en grandes ciudades han probado ser insostenibles debido a la falta de personal adecuadamente seleccionado. Los bomberos chilenos se han resistido a convertirse en un servicio profesional principalmente por motivos de ego e intereses personales en lugar de una verdadera vocación de servicio y eficiencia real. Aunque en ocasiones puede funcionar bien, muchas veces no es así. En el caso de Valparaíso, las pérdidas millonarias en vidas humanas han convertido a su cuerpo de bomberos en una amenaza, dejando incertidumbre sobre lo que podría suceder a continuación.


El incendio provocado en Valparaíso, Chile, que resultó en la muerte de 134 personas y fue perpetrado por un bombero voluntario, tuvo un profundo impacto en la reputación del departamento de bomberos y en la confianza de la comunidad. El incidente, ampliamente cubierto por los medios de comunicación, provocó reacciones de periodistas, funcionarios gubernamentales, policías, profesionales del derecho, legisladores y líderes comunitarios, quienes expresaron la gravedad de la situación y sus consecuencias de gran alcance.


El Mercurio de Valparaíso, un importante periódico chileno, informó extensamente sobre el incendio y sus repercusiones. El periodista Rodrigo González escribió conmovedoramente: "El fuego no solo destruyó hogares y cobró vidas, sino que también quemó la confianza que la comunidad alguna vez tuvo en sus protectores", capturando el profundo sentimiento de traición que sintieron los residentes.


En respuesta a la tragedia, el ptresidente Boric, declaró estado de emergencia y visitó las áreas afectadas. Durante una conferencia de prensa, enfatizó la necesidad de un cambio sistémico, declarando: "Esta tragedia ha revelado serias deficiencias en nuestro sistema de bomberos voluntarios. Debemos implementar regulaciones más estrictas y supervisión para asegurar que nunca vuelva a ocurrir una catástrofe así". Sus palabras reflejaron el llamado urgente a la reforma tras el desastre.


El jefe de la policía de Valparaíso, el general Julio Pineda, proporcionó actualizaciones sobre la investigación, reconociendo el shock y la traición sentidos por la comunidad. "La participación de un bombero voluntario en este incendio provocado nos ha impactado a todos. Estamos trabajando incansablemente para llevar justicia a las víctimas y asegurar la integridad de nuestros servicios de bomberos", aseguró, subrayando el compromiso de restaurar la confianza.


Durante el proceso legal, la fiscal María José Bowen presentó pruebas contundentes contra el bombero acusado, resaltando la gravedad del delito. "Las acciones deliberadas de este individuo provocaron una pérdida inimaginable de vidas y propiedades. La confianza de la comunidad ha sido profundamente violada", afirmó. En contraste, el abogado defensor Pablo Rodríguez señaló problemas sistémicos dentro del servicio de bomberos, abogando por una revisión más amplia del sistema voluntario. "Los problemas sistémicos dentro del servicio de bomberos contribuyeron a este trágico evento", argumentó, abogando por cambios integrales para prevenir futuras tragedias.


El senador Ricardo Lagos Weber se dirigió al Senado, enfatizando la necesidad urgente de reformas regulatorias. "Este incidente subraya la urgencia de revisar nuestras regulaciones para bomberos voluntarios. Debemos asegurar evaluaciones psicológicas rigurosas y verificaciones de antecedentes para prevenir tales tragedias", afirmó, reflejando el impulso legislativo para medidas de seguridad mejoradas.


Ana María Fernández, líder comunitaria y jefa de una asociación de vecinos local, expresó el dolor colectivo de los residentes. "Nos sentimos traicionados y abandonados. Las personas en las que confiábamos para protegernos han fallado. Tomará años reconstruir la confianza que ha sido destrozada", expresó, capturando el profundo impacto emocional en la comunidad.

El incendio, que comenzó el 12 de abril de 2014, se extendió rápidamente por las colinas de Valparaíso, exacerbado por fuertes vientos y condiciones secas. Se destruyeron más de 2.500 hogares y aproximadamente 12.000 personas fueron desplazadas. En los meses siguientes al incidente, hubo una disminución dramática en las solicitudes para ser bombero voluntario, con una caída reportada del 30%, según El Mercurio de Valparaíso.


El tema del incendio provocado dentro de la comunidad de bomberos no es único de los departamentos voluntarios, aunque las estadísticas sugieren que es más frecuente entre los voluntarios. Un estudio del Consejo Nacional de Bomberos Voluntarios (NVFC) en los Estados Unidos encontró que los bomberos voluntarios estaban involucrados en casos de incendio provocado a una tasa casi tres veces mayor que sus contrapartes profesionales o de carrera. Esta disparidad a menudo se atribuye a los procesos de selección y supervisión menos rigurosos en los departamentos voluntarios en comparación con los profesionales.


En contraste, los departamentos de bomberos profesionales suelen tener procesos de reclutamiento más estrictos, que incluyen exhaustivas verificaciones de antecedentes y evaluaciones psicológicas, reduciendo la probabilidad de que los incendiarios se infiltren en sus filas. Por ejemplo, los datos de la Administración de Incendios de los Estados Unidos indicaron que los incidentes de incendio provocado cometidos por bomberos de carrera son excepcionalmente raros, con menos del 0,1% de todos los bomberos profesionales involucrados en tales actividades.


En respuesta a la crisis, el gobierno chileno implementó nuevas regulaciones, incluyendo evaluaciones psicológicas obligatorias para todos los bomberos voluntarios y mecanismos de supervisión más estrictos. La presidenta Bachelet anunció la formación de un grupo de trabajo para revisar y mejorar los protocolos de respuesta a emergencias, con el objetivo de restaurar la confianza pública en los servicios de bomberos. Estas medidas fueron parte de un esfuerzo más amplio para reconstruir la confianza y asegurar que una tragedia como esa nunca vuelva a ocurrir.


El incendio de Valparaíso puso de relieve vulnerabilidades significativas dentro del sistema de bomberos y provocó llamados generalizados a la reforma. La tragedia sirvió como catalizador para el cambio, enfatizando la necesidad de estándares rigurosos y supervisión para garantizar la seguridad y la confianza de las comunidades a las que sirven los bomberos.


Los bomberos chilenos han adoptado este eslogan El Chico Bueno que ha resultado ser un fracaso. Puede que exista el bombero bueno, pero convive con el malo. Francisco Ignacio Mondaca es el voluntario que asesinó 134 personas. ¿Los bomberos no sabían nada? ¿Nunca vieron nada raro? ¿No empezó el detenido iniciando pequeños incendios anteriormente?



José Musse

New York City

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