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José Musse

Operaciones de Emergencia para Salvaguardar el Patrimonio Cultural


Un cuerpo de bomberos maduro se distingue no solo por incluir en su agenda temas como tácticas, hidráulica y operaciones, sino también por comprender la importancia de abordar y resolver otros asuntos fundamentales. Reconoce la necesidad de establecer un diálogo fluido y constructivo con iglesias, museos, coleccionistas privados y demás entidades que custodian obras de arte o patrimonio histórico, asegurando así su protección y preservación en situaciones de emergencia.


El rescate y recuperación de obras de arte y piezas históricas durante desastres naturales como inundaciones, incendios y terremotos representan una intersección crucial entre la preservación cultural y la respuesta ante emergencias. Los bomberos desempeñan un papel fundamental en estos esfuerzos, que requieren capacitación especializada, cumplimiento de marcos regulatorios y colaboración con agencias de patrimonio cultural.


La pérdida de artefactos culturales es a menudo irreversible, afectando la identidad nacional y el patrimonio comunitario. El incendio de la Catedral de Notre-Dame, el 15 de abril de 2019, destacó la vulnerabilidad de las estructuras históricas y las obras de arte invaluables. Este incendio causó daños significativos, incluido el colapso de la icónica aguja, pero gracias a los esfuerzos de casi 400 bomberos, se salvaron numerosos relicarios, como la Corona de Espinas y las ventanas de vitrales irremplazables. El incendio destruyó también el techo de madera del siglo XIII, apodado “El Bosque” debido a su intrincada estructura de robles.


De manera similar, el incendio del Museo Nacional de Brasil, el 2 de septiembre de 2018, devastó su colección de más de 20 millones de artefactos. Entre las pérdidas se incluyeron el fósil humano más antiguo de las Américas, conocido como "Luzia", y una colección invaluable de objetos indígenas. Este evento subrayó la necesidad crítica de medidas proactivas para proteger el patrimonio cultural.


Códigos y Regulaciones


Existen varios códigos y estándares que guían a los bomberos en la gestión de propiedades culturales durante emergencias. El NFPA 909: Código para la Protección de Propiedades de Recursos Culturales, publicado por primera vez en 1970 y actualizado periódicamente, proporciona directrices para la prevención de incendios y la planificación de emergencias en museos, bibliotecas y edificios históricos. Además, el NFPA 914: Código para la Protección Contra Incendios de Estructuras Históricas, introducido en 2001, enfatiza la integración de medidas de seguridad contra incendios en las estrategias de preservación sin comprometer la integridad histórica.


Agencias como FEMA y la Administración de Incendios de los Estados Unidos (U.S. Fire Administration) desempeñan roles cruciales en la mitigación y recuperación de desastres. El programa de Recursos Culturales y Propiedades Históricas (CRHP) de FEMA ofrece recursos para garantizar que los planes de respuesta ante emergencias incluyan consideraciones para bienes patrimoniales. La Iniciativa de Rescate Cultural del Smithsonian proporciona capacitación y experiencia técnica a los equipos de emergencia encargados de proteger propiedades culturales.


Estrategias para el Rescate y la Recuperación


  • Planificación Previa al Incidente: Los departamentos de bomberos deben colaborar con el personal de museos, archivistas y agencias culturales para desarrollar planes previos al incidente. Por ejemplo, mapear la ubicación de artefactos dentro de un edificio, comprender las rutas de evacuación y priorizar artículos específicos para su recuperación en función de su valor y fragilidad.

  • Triages Durante la Respuesta: Durante un desastre, los bomberos deben priorizar la vida humana, la estabilidad estructural y la recuperación de artefactos. En la inundación de Florencia, el 4 de noviembre de 1966, cuando el río Arno se desbordó e inundó gran parte de la ciudad, este enfoque de triage fue crítico. Entre las recuperaciones más famosas estuvo el Crucifijo de Cimabue, que sufrió graves daños por el agua pero fue salvado mediante esfuerzos meticulosos.

  • Uso de Medidas de Protección: Los sistemas de niebla de agua y las coberturas resistentes al fuego pueden limitar los daños durante los esfuerzos de supresión. Por ejemplo, durante el incendio de la Escuela de Arte de Glasgow, el 23 de mayo de 2014, los bomberos usaron ventilación controlada y barreras resistentes al fuego para proteger partes del edificio diseñado por Charles Rennie Mackintosh. Sin embargo, el incendio de 2018 en el mismo lugar destruyó importantes secciones del edificio y su colección de arte.

  • Estabilización Post-Desastre: Después de mitigar los peligros inmediatos, los artefactos a menudo requieren estabilización. Tras el incendio en la Biblioteca Jagger en Ciudad del Cabo, el 18 de abril de 2021, bomberos y voluntarios trabajaron juntos para congelar documentos dañados por el agua, deteniendo la propagación del moho y la descomposición.


Lecciones Aprendidas


La inundación de Florencia en 1966 dañó o destruyó un estimado de 14,000 obras de arte y más de 3 millones de libros. Este desastre condujo a la creación de protocolos modernos para la recuperación de artefactos culturales. De manera similar, el incendio del Castillo de Windsor, el 20 de noviembre de 1992, que destruyó 115 habitaciones y causó daños por un costo de £36.5 millones, subrayó la importancia de integrar medidas de protección contra incendios en los sitios patrimoniales.


Los bomberos deben buscar asociaciones con agencias de preservación cultural para mejorar su efectividad. Organizaciones como la UNESCO y el Instituto Americano de Conservación (AIC) proporcionan capacitación sobre manejo de artefactos y protección de sitios. Estas colaboraciones pueden llevar al desarrollo de planes de emergencia adaptados, como se vio en los esfuerzos conjuntos entre el Smithsonian y los departamentos de bomberos tras el huracán Katrina en 2005.


José Musse

Newe York City

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